30 julio 2009

Gasolina o diesel, el gran dilema
Fecha: Viernes, 17 de Noviembre de 2006

Esta pregunta es un quebradero de cabeza para no pocos conductores, pues es una elección muy importante. Asistimos a la fiebre del diesel: dCi, TDI, TDCi, HDi, D4-D, DDIS, CDTI, TD, TiD… Las matriculaciones de turismos de gasóleo no han parado de subir, algo impensable hace pocos años, superando ampliamente las de modelos de gasolina.

Cada tipo de motor tiene sus ventajas y sus inconvenientes, pero en el diesel brilla su bajo consumo y su mayor durabilidad, motivo por el cual muchos han comprado diesel sin pararse a pensar detenidamente si les compensaba o no, pues en la vida útil de un coche hay muchos más gastos que el carburante.



En este artículo, usando un modelo líder en ventas, el Renault Mégane, vamos a ver cómo la elección de gasolina y diesel no está tan clara como se piensa. Es más, el precio de los carburantes va a cambiar por una directiva comunitaria, por lo que el gasóleo, el combustible más demandado, se va a encarecer, reduciendo aún la ventaja de los turbodiesel (apenas se comercializan diesel atmosféricos actualmente).

Esta prueba ha sido confeccionada con 3 modelos: Mégane 5p 1.6 16v (2005), Mégane Sedán 1.9 dCi (2005) y Mégane 5p 2.0 16v (2006). Comprobaremos cómo realizando conducción económica la elección no es tan clara como pensaba.

Mégane 1.6 16v (115 CV)

Esta motorización es la segunda más potente de la gama 2002-2006 en gasolina, tras el 1.4 16v de 100 CV. No es el último grito en tecnología, además, recibió algunos retoques con la llegada del Mégane de 2006 para cumplir nuevas normativas anticontaminación, bajando su potencia a 110 CV. El consumo mixto del motor 1.6 es de 6,8 litros cada 100 Km.

Buscando por Internet, buscando la opinión de los propietarios, me encuentro con que el Mégane 1.6 les suele consumir de 7 litros en adelante, hasta un “tope” de 10 litros, en función del tipo de conducción. Como ya hice con la prueba de consumo con los Citroën C4, veremos cómo cambia el panorama cuando se hace conducción eficiente.



En esta ocasión, no sólo respeté los límites de velocidad legales, además bajé la velocidad media un poco, como un 5-10% menor que el límite de la vía. No sólo se trataba de cambiar a una marcha superior lo antes posible, prever el comportamiento del tráfico y acelerar con suavidad -entre otras técnicas- se trataba de lograr el máximo equilibrio entre ahorro y movilidad. A pesar de conducir un poco más despacio por mis trayectos habituales, la diferencia de tiempo no era trascendente.

Pues bien, a lo largo de 908,9 kilómetros gastó 54,6 litros de gasolina según el ordenador, el cual es de los más fiables y precisos del mercado. Esto supone una media de 6,01 litros cada 100 Km, cifra que se correspondía con la realidad. Con un depósito de 60 litros, el Mégane 1.6 puede así rozar los 1.000 kilómetros de autonomía. De momento, no he encontrado un turismo compacto con una motorización gasolina 1.6 que gaste tan poco.

El limitador/regulador de velocidad de serie fue una gran ayuda, pues mantener el ritmo disminuye el consumo, y respetar los límites de velocidad también. Por encima de 120 Km/h, el consumo no aumenta proporcionalmente a la velocidad, aumenta mucho más rápido.

El consumo mínimo en carretera que obtuve fue de 4,69 litros cada 100 Km, el camino que hay desde mi casa hasta la sede de Renault en Madrid. El consumo máximo fue de 8,5 litros, por carreteras de montaña con el motor frío. El consumo de 6 litros también es real en autopista, como pude comprobar en 200 Km. por la M-50, sin superar los 100 Km/h.

Puede parecer una velocidad muy lenta, pero a veces el tráfico no hace aconsejable superar esta velocidad o a pesar de haber circulado a 120, nuestra media “real” acaba siendo de 90 Km/h. Apenas se tardan unos pocos minutos más en trayectos habituales, no son todo viajes a la costa.

¿Y qué hay del diesel? Veámoslo.

Mégane 1.9 dCi (120 CV)

La gama 2002-2006 estaba más equilibrada en potencia en el entorno de los 120 CV, pues el diesel sólo sacaba 5 caballos a su homólogo de explosión. En la gama actual, este motor ha sido mejorado y entrega 130 caballos, suma filtro de partículas y su funcionamiento es más suave. Como el Mégane es líder en ventas y lo ha sido durante mucho tiempo, hay miles de Méganes con esta motorización en las carreteras.

La unidad de pruebas diesel era de carrocería sedán, un “pelín” más pesada y con aerodinámica diferente, pero los consumos son prácticamente los mismos que en versiones 3 y 5 puertas (según ficha los mismos).



Al recogerlo de Renault, el ordenador marcaba un consumo medio de 6,6 litros/100 Km tras haber recorrido 8.000 kilómetros, lo que sugiere que es una medida realista. Para empezar, ya es un consumo superior al obtenido con el Mégane 1.6 16v.

Conduciendo el dCi con las mismas premisas que el motor de gasolina, esperaba un consumo significativamente menor, pero la realidad fue diferente. En un total de 743,1 kilómetros recorridos, consumió 43,1 litros de gasóleo, lo cual es una media de 5,8 litros cada 100 Km. En el trayecto de devolución del coche, en las mismas condiciones que el 1.6, el gasto fue de 4,23 l/100 Km.

¿Cuál compensa?

Echemos números con un ejemplo. Imaginemos dos conductores: Luis y Fernando, que se compran coche a la vez. Luis tiene un Mégane 1.6 16v de 115 CV y hace 30.000 kilómetros al año, mientras que su vecino Fernando tiene otro Mégane, versión 1.9 dCi de 120 CV, y hace al año el mismo kilometraje. Luis se gasta en su Mégane 15.635 € y Fernando 18.135 € (*). Luis es un conductor tranquilo, no se salta los límites y su conducción es eficiente. A su vecino le gusta conducir con el motor “alegre”, aunque no es que corra precisamente. Rara vez pasa de 130 Km/h.

Suponiendo un precio de gasóleo de 0,90 céntimos por litro y de gasolina de 0,95 céntimos por litro, si Luis tiene un consumo medio de 6,01 litros y Fernando un consumo de 6,5 litros y ambos pagan al contado el coche, descontando ruedas, aceite, seguro… Luis se ha gastado 15.635 euros en el coche y 1.712,85 euros de gasolina en un año, un total de 17.347 euros. Fernando en cambio se gasta 18.135 en el coche y 1.755 euros de gasóleo, sumando 19.890 euros.

Evidentemente, a Fernando no le ha salido rentable el diesel y tardará varios años en amortizarlo. Es más, mientras que Luis consuma menos carburante, aunque sea más caro, a Fernando le seguirá saliendo más caro el dCi. ¿Dónde está la “trampa”? No la hay, conducir de forma eficiente es muy rentable, amén de otras ventajas.

Ahora veamos qué pasa con la versión 2.0 16v de 135 caballos de gasolina (gama 2006).

Mégane 2.0 16v (135 CV)

Este motor es el preferido por gran número de conductores. Es relativamente austero en gasto y está como término medio entre los motores de explosión del modelo francés. Tiene la potencia necesaria, es silencioso y agradable. Le falta el empuje del dCi adelantando, pero vibra mucho menos y responde bien en casi todo el recorrido del tacómetro.



No cuento con información precisa sobre su consumo real, estimo que está entre 8 y 10 litros a los 100 Km en conducción no eficiente. Según la ficha, su consumo es de 8 litros cada 100 Km. Es fácil pensar que el dCi de 130 CV saldrá más rentable, pues su gasto mixto es de 5,4 litros cada 100 Km, según ficha. La realidad no es exactamente así.

Aunque este Mégane lo conduje con una velocidad media levemente superior (49 Km/h), también puse en práctica conducción eficiente. En cuatro palabras: ni corto ni perezoso. Jugando con el cambio de 6 relaciones, las cuales pueden estrujarse desde bajas revoluciones dada la elasticidad del motor y su buen reprís, podemos obtener resultados muy buenos.

Mis cifras, tras 605,1 kilómetros de prueba fueron 42,9 litros de gasolina consumidos y un gasto medio de 7,09 litros cada 100 Km. Con este consumo pueden hacerse unos 850 kilómetros por depósito, y eso que hablamos de gasolina.

Extenderé el ejemplo de Luis y Fernando con Antonio, el propietario de un Mégane 2.0 16v, con el mismo kilometraje anual. El coste de adquisición es de 17.035 euros (*). Antonio es amante de la gasolina y conduce tranquilo. Al cabo de 5 años, Antonio y Luis calculan cuánto dinero se han gastado en combustible.

Luis gastó 8.775 euros en gasóleo (suponiendo que el precio del combustible y consumo no cambian) y Antonio, 10.103,25 euros de Sin Plomo 95. Es normal, el gasolina gasta más combustible. Sumando esas cantidades al precio del coche nuevo, Luis ha gastado 26.910 euros y Antonio 27.138,25 euros. En otras palabras: 228,25 euros de diferencia, nada más.

¿Le compensaba a Luis el diesel? Seguramente no de la forma en la que él pensaba.



Conclusiones

Los números hablan y conducir de forma eficiente no es sólo ahorrar 5 euros por depósito precisamente. Si Luis en 5 años, en vez de consumir 6,5 litros de gasóleo de media, gastase 5,8 litros, su gasto de gasoil bajaría de 8.775 € a 7.830 €, es decir 945 euros. Habría que tener también en cuenta el gasto de neumáticos, de cambios de aceite, quizás alguna multa por exceso de velocidad… Y habría más diferencia, aunque Luis no conduzca en autopista a 150 Km/h ni haga conducción deportiva de vez en cuando.

A más velocidad, mayor consumo, mayor sonoridad, aumenta la fatiga y es mayor el desgaste de los elementos mecánicos del coche. ¿Has oido alguna vez eso de “yo conduzco a 140 por la autopista por que si no me duermo”? La fatiga anticipa el cansancio e incluso, la somnolencia al volante. Lo de que a 120 uno “se duerme” es una sensación psicológica. En 2 horas, sólo hay 40 kilómetros de diferencia.



No se cumple siempre, ya que el consumo de los 3 protagonistas del artículo es muy parecido -el diesel no es de los más austeros del mercado-, pero a veces sale más rentable comprarse un coche de gasolina y hacer conducción eficiente que comprar un diesel pensando que ahorra él solito porque gasta menos y cobran menos en la gasolinera.



Evidentemente, el 1.9 dCi en conducción eficiente sale rentable en menos tiempo que en conducción convencional. Cada conductor es un mundo y tiene diferentes preferencias, estilo de conducción y presupuesto. Para conducir de forma tranquila, sin estorbar a los demás y respetando los límites de velocidad, los motores 1.6 de 110 CV y 1.5 dCi de 105 CV son más que suficientes y el gasto será muy bajo. Quisiera conocer las opiniones al respecto de propietarios de Renault Mégane que visiten este blog, así como sus consumos.

Por su parte, el 2.0 16v de 135 CV y el 1.9 dCi de 130 CV son elecciones muy saludables para quien requiera un poco más de potencia, viaje cargado con relativa frecuencia o viva en un lugar donde la orografía es un poco complicada.

Mi consejo es que antes de decidirse por un diesel, hay que echar números y tener en cuenta todo: precio de adquisición, consumo mixto, intervalos de mantenimiento, precio del seguro, que las averías en diesel suelen ser más caras, el tiempo que queremos tener el coche, precio de venta, nuestra forma de conducir… Este enlace es muy útil para hacer ese cálculo: Calculadora diesel-gasolina.

En cuanto a la decisión personal de escoger un motor u otro, dejando a un margen el lado económico, es un terreno en el que prefiero no entrar ahora.

¿Y tú, qué prefieres? ¿Gasolina o diesel?




29 julio 2009



20 julio 2009

El Mac cumple 25 años con ventas récord pese a la crisis


Hace un cuarto de siglo un nuevo artilugio llegaba a nuestras vidas para revolucionar la forma en que muchos trabajamos y disfrutamos del tiempo libre: Apple lanzaba el Macintosh, más conocido como Mac y que ha convertido a su heredero en un éxito de ventas a pesar de la crisis.
- Consulta el canal Tecnología en Terra

El Macintosh, el primer ordenador comercial con ratón e interfaz gráfico, llegaba al mercado el 24 de enero de 1984 con un microprocesador Motorola 68000 y un precio inalcanzable para la mayoría pero menor que el de sus predecesores: 2.500 dólares. Apple -que entonces aún era conocida como Apple Computers y sólo producía software y ordenadores- lanzó su nuevo producto a bombo y platillo con un anuncio en televisión que se vio sólo una vez y costó la friolera de 1,5 millones de dólares de aquel entonces.

El anuncio fue dirigido por Ridley Scott y, emulando la novela 1984 de George Orwell, daba a entender que Macintosh vencería al "Gran Hermano" y aseguraba que "1984 nunca sería como 1984", en referencia al gran poder del nuevo ordenador. En cierto modo, Macintosh supuso un antes y un después de la informática e introdujo un cambio radical en la forma en que los usuarios de ordenadores se relacionaban con las máquinas.

El Mac incluía dos programas entonces revolucionaros: MacPaint, que permitía "pintar" con el ratón, y MacWrite, el primer procesador de textos en el que lo que el usuario veía en la pantalla era lo que aparecía en el papel. (WYSIWYG o "what you see is what you get" en jerga informática).

Sentó las basas para productos posteriores como el sistema operativo Windows


Se trataba de un aparato mucho más sencillo de manejar y entender que el resto de los ordenadores comerciales del momento y muchos creen que sentó las basas para productos posteriores como el sistema operativo Windows.

El Mac hizo que tareas como diseñar o editar fueran accesibles al gran público, opinan los expertos, y ha creado en cada hogar potenciales competidores de los creativos publicitarios. El Macintosh era además un aparato más fácil de transportar que sus competidores porque, a pesar de su peso, el disco duro estaba incorporado al monitor y tenía, incluso, un asa para poder moverlo.

El ordenador logró rápidamente un fiel grupo de seguidores aunque, pronto empezó a acusar la competencia del PC y el sistema operativo Windows. El Mac volvió a resurgir a finales de la década de los 90 con la vuelta de Steve Jobs a Apple y el lanzamiento del atractivo iMac en 1998.


Portátiles de Apple
Veinticinco años después, el Mac sentó las basas para productos posteriores como el sistema operativo Windows sigue batiendo récords de ventas en sus versiones de portátil y ordenador de sobremesa . Y eso pese a su alto precio en comparación con otras marcas y la caída en las ventas mundiales de computadoras.

Entre octubre y diciembre de 2008, primer trimestre del actual ejercicio contable de Apple, la firma vendió 2,52 millones de unidades del Mac, un 9 por ciento más que en el mismo periodo de 2007 . En el trimestre anterior la distribución fue incluso superior con 2,6 millones de unidades, la cantidad más alta vendida nunca por Apple en un trimestre, aunque su principal fuente de ingresos ya no son los ordenadores.

Con el lanzamiento en 2001 del reproductor de mp3 iPod y del teléfono móvil iPhone en 2007 la firma californiana volvió a dar en el clavo y ambos son hoy sus líderes de ventas. De nuevo, Apple apostó por productos que combinan hardware y software -imagine lo que sería el iPod sin iTunes-, son fáciles de usar y superan en diseño a los de la competencia.

Con qué nos sorprenderá la compañía en los próximos años es imposible de anticipar . En el sector circularon rumores de que Apple proyectaba lanzar un nuevo Mac Mini o una versión simplificada del iPhone, pero para saberlo habrá que esperar al verano, cuando la firma acostumbra a lanzar nuevos productos.